lunes, abril 12, 2010

Tras la misión del GAFI / Preocupación de funcionarios kirchneristas

Lavado de dinero:
durísimo informe contra el Gobierno
Un organismo internacional le criticará la falta de decisión para investigar; sospechas de corrupción
Lunes 12 de abril de 2010 - Publicado en edición impresa - Hugo Alconada Mon - LA NACION
El Gobierno sabe lo que se viene. El próximo informe del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI, un organismo intergubernamental) sobre la lucha contra el lavado de dinero en la Argentina será "durísimo" e, incluso, "lapidario", según admitieron a La Nacion altas fuentes oficiales que se mantienen en contacto con los redactores del temido trabajo.
Trascendió que el informe critica especialmente a la Unidad de Información Financiera (UIF, dependiente del Ministerio de Justicia), por la escasa profundidad para analizar los reportes de operaciones sospechosas. También habla de descoordinación y de los recelos con otros entes oficiales, como la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), para intercambiar información confidencial.
La misión del GAFI que estuvo recientemente en el país integrada por expertos de siete países analiza dar un paso más en su documento: incluiría la corrupción como una de las causas que explican por qué la Argentina se encuentra en su situación actual, según pudo reconstruir La Nacion tras consultar a una decena de actuales y ex funcionarios, expertos internacionales e interlocutores del sector privado.
"El informe no puede ser «liviano». Será duro, aunque cuán lejos llegará en sus críticas todavía está por verse", señaló una de las fuentes consultadas, que, dada la confidencialidad de las discusiones y del reporte en elaboración, pidió mantener su nombre en reserva. El Gobierno confía, sin embargo, en que el GAFI les dará "una oportunidad", a la luz de los cambios observados desde enero. Desde la salida de la presidenta, el vicepresidente y todo el Consejo Asesor de la UIF, y su reemplazo por José Sbattella y su equipo, así como por la aplicación de la primera sanción a un banco por la omisión de denunciar operaciones sospechosas.
"Se viene un informe muy duro por las recomendaciones incumplidas, y por eso queremos dar la imagen de que ahora sí las cumpliremos", indicó un alto funcionario a LA NACION.
El objetivo último del Gobierno es evitar que el GAFI decida en su reunión plenaria de junio -o, a más tardar, entre octubre y noviembre- difundir el reporte junto a una "declaración pública" sobre la Argentina.
Eso forzaría la aplicación automática de la "recomendación 21", que sugiere a la comunidad internacional "prestar especial atención a las relaciones comerciales y operaciones con personas, incluidas las empresas e instituciones financieras, de países donde no se aplican las recomendaciones del GAFI o no se las aplica suficientemente".
Línea roja
La Argentina ya flirteó dos veces con esa línea roja durante los últimos años. La primera ocurrió en los meses previos a la reunión plenaria que se celebró en Estrasburgo, en febrero de 2007, por las demoras del Congreso en tipificar el delito de financiación del terrorismo. El Gobierno pidió tiempo y en junio de aquel año aprobó esa ley.
La relación con el GAFI ya venía cargada. En febrero y junio de 2005, el Grupo le envió dos cartas al Gobierno para expresar su malestar por distintos incumplimientos.
En marzo de 2008, el titular del GAFI viajó a la Argentina para pedir personalmente que aumentaran los controles locales. Y a principios de 2009, tras una tercera carta -esta vez por el polémico proyecto, luego ley, de blanqueo de capitales-, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, viajó a París para defender la posición oficial y evitó, por segunda vez, la difusión de una "declaración pública".
Ahora, la misión del GAFI que se reunió con funcionarios y líderes del sector privado a mediados de noviembre pasado, evalúa cuánto avanzó o retrocedió el país desde el anterior "informe de evaluación mutua sobre lavado de activos y financiamiento del terrorismo", aprobado en junio de 2004.
En aquel informe se señaló:
La Argentina no registraba ninguna condena judicial por lavado de dinero, lo que generaba "una seria preocupación". Casi seis años después, sigue igual.
El Congreso no había tipificado la figura penal del "autolavado". Continúa igual, aunque Sbattella promete elevar un proyecto de ley en el corto plazo.
Algunos organismos del Estado, como la Administración Federal de Ingresos Públicos, no compartían sus archivos confidenciales con la UIF, lo que el GAFI definió como una cooperación "deficiente". Sigue igual. "La Argentina tiene 24 registros de la propiedad inmueble que no están conectados entre sí. ¿Cómo es posible?", ejemplificó un experto.
El personal de la UIF era, en su mayoría, de planta temporaria, lo que aumenta los riesgos de filtración de secretos y pérdida recurrente de la experiencia acumulada. Sigue igual.
La UIF mostraba retrasos notables y escasa profundidad para analizar los reportes de operaciones sospechosas (ROS), por falta de recursos técnicos y de técnicos capacitados. Sigue igual.
La UIF carecía de "facultades de inspección" sobre bancos, compañías de seguros y otros sujetos obligados bajo sospecha. Sigue igual.
El Gobierno, sin embargo, podrá mostrar avances en dos áreas. Por un lado, la UIF no aplicaba multas a las entidades obligadas de reportar operaciones sospechosas; pero Sbattella aplicó la primera el mes pasado. Por el otro, la misión del GAFI sugirió en 2004 "crear unidades especializadas en materia de lavados de activos" dentro del Ministerio Público Fiscal". Así lo hizo el procurador Esteban Righi.
Además, el procurador instruyó a los fiscales que identifiquen los bienes o el dinero vinculados que puedan ser decomisados al investigar algún delito para evitar su lavado.
QUE ES EL GAFI
Objetivo del GAFI . El Grupo de Acción Financiera Internacional sobre el blanqueo de capitales (GAFI) es un organismo intergubernamental para el desarrollo y la promoción de políticas para combatir el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo.
Las recomendaciones . Fue establecido en 1989 por el G-7, y en 1990 dio a conocer sus 40 recomendaciones contra el lavado de dinero. Estas fueron revisadas en 1996 y reformuladas en 2003.
Miembros . El GAFI está integrado por Alemania, la Argentina, Australia, Austria, Bélgica, Brasil, Canadá, Dinamarca, España, EE.UU., Finlandia, Francia, Grecia, Hong Kong, China, Islandia, Irlanda, Italia, Japón, Luxemburgo, México, Holanda, Nueva Zelanda, Noruega, Portugal, Rusia, Singapur, Sudáfrica, Suecia, Suiza, Turquía y el Reino Unido.
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Kirchnerismo, GAFI y lavado de dinero: un malestar predecible

EL GAFI aún no se convence aún de la voluntad del kirchnerismo por combatir el lavado.
El trascendido de que el GAFI emitirá un duro informe contra el Gobierno de Cristina Kirchner, ha encendido las alarmas oficiales. Cuáles son los puntos flojos de la política oficial contra el blanqueo de capitales. - por Christian Sanz
En el año 1989, Carlos Saúl Menem aseguró que abriría las fronteras a los capitales “de cualquier color y procedencia”. Trazaba, en esa misma diatriba, un forzado paralelismo de nuestro país con España, Nación que, luego del franquismo, permitió el ingreso de dinero de toda índole, provocando que el territorio español se infestara de traficantes de diversa índole: armas, drogas, etc.
El anuncio de Menem provocó el ingreso de copiosos fondos del narcotráfico a nuestro país. Es dable mencionar una verdad de perogrullo: no sólo ingresó el dinero, sino también las drogas, provocando una creciente “inundación” de estupefacientes que no se ha detenido hasta el día de la fecha.
Muy pocos en esos días se animaban a embestir contra esa equivocada política menemista, la cual pobló -de manera incesante- las calles argentinas de narcóticos. Uno de los únicos que se atrevió a cuestionar al entonces presidente Carlos Menem fue el periodista Jacobo Timerman, quien aseguró sin pelos en la lengua que las políticas del riojano serían la “puerta de entrada para el dinero del narcotráfico”.
Hoy en día, a casi veinte años de los dichos del patilludo ex mandatario respecto a la apertura de las fronteras a los capitales “de cualquier color y procedencia”, el kirchnerismo —que paradójicamente suele denostar al menemismo— ha calcado la decisión de permitir el blanqueo de dinero “de cualquier origen”, ayudando al ingreso del narcotráfico a la Argentina.
Infinidad de análisis han hecho los medios de comunicación respecto a esta insólita medida del Gobierno, lo cual nos exime de mayores comentarios.
El árbol que los periodistas no han visto en medio del bosque es más peligroso aún: una administración fuertemente comprometida con el narcotráfico ¿puede anunciar una medida semejante?
En otras palabras: la medida anunciada, ¿no será realmente para blanquear dinero del kirchnerismo?
Lavado de dinero
Desde 1989, existe un organismo llamado Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) que intenta embestir contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo a nivel global. El GAFI se encarga de supervisar a casi 180 países y elabora una serie de informes que suelen ser problemáticos a la hora de “financiarse” internacionalmente por parte de aquellos que no cumplen con sus observaciones.
Desde el año 2000, cuando se sancionó la “ley antilavado” en la Argentina, el organismo ha puesto la lupa con preocupación en nuestro país, especialmente en los últimos tiempos, a raíz de ciertas noticias que vinculan al kirchnerismo con valijas de todo tipo: unas provenientes de Venezuela con 800 mil dólares y otras que van a España con cocaína a través de la extinta línea aérea Southern Winds.
En una entrevista concedida a diario Clarín el 1º de noviembre de 2008, Gustavo Rodríguez, presidente del GAFI, ha admitido que la cúpula del organismo muestra preocupación porque en la Argentina no hay un solo condenado por lavado de dinero.
Rodríguez denunció que existe un “bajo nivel de efectividad del sistema” de prevención y represión del lavado y agregó que podría haber eventuales sanciones contra la Argentina.
El “sistema” al que alude el funcionario está integrado por la Unidad de Información Financiera (UIF), dependiente ¿casualmente? del Ministerio de Justicia, la Justicia, los bancos y otros responsables de denunciar operaciones sospechosas.
Sea por acción o por omisión, esto es de una gravedad descomunal, y pone en jaque el futuro de las próximas generaciones.
No casualmente, diario La Nación consigna en el día de la fecha que el próximo informe del GAFI será "durísimo" e, incluso, "lapidario". “La relación con el GAFI ya venía cargada. En febrero y junio de 2005, el Grupo le envió dos cartas al Gobierno para expresar su malestar por distintos incumplimientos”, admitió el matutino.
Concluyendo
En un país en el que casi no hay radares —sólo un par de ellos en el norte del país que no funcionan correctamente—, no hay informatización de las fronteras, no existe normativa sobre los precursores químicos —hasta Colombia y México poseen una—, la dirección Nacional de Migraciones permite el ingreso de extranjeros con fuertes prontuarios delictivos, la Aduana intenta desmantelar sus propios controles, y se aboga por la despenalización de la tenencia de drogas, avanzar en la lucha contra el lavado de dinero suena a misión imposible.

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