La última premonición de Carrió sobre los Kirchner
Por: Paola Juárez
El discurso de Cristina Kirchner por cadena nacional había terminado hacía media hora. En su oficina frente al Congreso, Elisa Carrió leía papeles y empezaba a redactar una carta que enviará a la OEA en los próximos días. Tomó la decisión de denunciar a la Presidenta por "riesgo democrático" ante la organización internacional. "Ella se pone al margen de la ley y quiere victimizarse. Es la confrontación final. Y nosotros nos vamos a adelantar", afirmó la diputada de la Coalición Cívica. Apagó su tercer cigarrillo en media hora. Analizaba en el caluroso mediodía del jueves una dura ofensiva contra los Kirchner que no logro apoyo en el resto de la oposición.
A varias cuadras de allí, Cristina Kirchner conversaba en la Casa Rosada con algunos ministros y con el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, sobre su decisión de mantener el pago de la deuda con las reservas pese a los fallos judiciales y una posible nulidad del decreto que declararía el Congreso esta semana. Ya había terminado su discurso en cadena nacional. Revisaba algunos informes en su despacho.
"La vi muy tranquila y está convencida de lo que hace. A la oposición, esta vez se le fue la mano. Hay que tener prudencia y racionalidad", decía Scioli poco antes de que su helicóptero despegara otra vez para La Plata.
En la cima del poder, en ningún caso se analiza retroceder en la estrategia planteada.
Es más, el ex Presidente ya prepara cómo será su reasunción al frente del PJ el miércoles en Chaco, en un acto político que marcará su regreso formal al partido. Carrió cree que ese discurso será clave para saber cómo piensan seguir los Kirchner.
En un clima de alta tensión política, Lilita sube la apuesta alto. "Cuando dije que no iba a la Asamblea Legislativa para no caer en la humillación y en la trampa, me dijeron de todo. Y después pasó lo que pasó. Alguno habrá pensado que ese día yo estaba en mi casa festejando que tenía razón, pero lloraba. No quiero tener más razón", contó Carrió en la intimidad de su luminosa oficina en la que pasa horas y horas.
A veces trabaja en su casa. La semana pasada citó a su equipo en su departamento y redactó proyectos desde la cama. "En esta situación no nos alcanza ni el tiempo... ni el físico", comentó.
Por estas horas hablará de la carta que enviará a la OEA con algunos de los hombres en quienes más confía hoy: el senador radical Gerardo Morales y el diputado Felipe Solá del PJ disidente.
Hasta ahora, la oposición pide bajar los niveles de tensión para recuperar algún tipo de dialogo con el oficialismo.
La última "predicción política" de la líder de la Coalición Cívica es que Néstor Kirchner prepara "la guerra final" y que ella, aunque le digan de todo, avanzará con una jugada de alto impacto político.
En realidad, esa acción política ya empezó con la denuncia penal que presentaron el mismo jueves legisladores de la Coalición Cívica contra la Presidenta, su gabinete, la titular del BCRA, Mercedes Marcó del Pont, y todo el directorio de banco por el decreto de las reservas.
Una Elisa Carrió con tono tranquilo sostiene en privado que Cristina Kirchner viola los artículos 17, 18 y 20 de la cláusula de conducta democrática de la OEA.
Según su análisis estarían dadas las condiciones para "recurrir al Secretario General o al Consejo Permanente a fin de solicitar asistencia para el fortalecimiento y preservación de la institucionalidad democrática".
La última vez que la OEA intervino en un conflicto fue durante el golpe de Estado en Honduras contra el depuesto Manuel Zelaya.
No es la primera vez que la diputada de la Coalición Cívica apunta a denunciar una crisis institucional en el exterior.
Ya en noviembre del año pasado había enviado una polémica carta a las embajadas de los Estados Unidos, países latinoamericanos y de la Unión Europea, donde destacaba que en la Argentina se vive una "inusitada violencia".
En ese momento fue criticada muy duro por el Gobierno y no tuvo apoyo de los sus aliados políticos. Hoy cree que puede darse una situación similar pero está convencida que toma un camino acertado.
"Los Kirchner están en una alienación definitiva. Están en el búnker y gobiernan desde ahí en un país que sólo ven ellos, casi un delirio ilusorio", suele decir la diputada en estas horas. La sensación es otra muy lejos de la oficina de Carrió.
Luego del discurso en el que Cristina Kirchner denuncio que la quieren destruir y que piensa resistir, Scioli contó en una reunión privada que en el Gobierno hay una decisión firme de avanzar con el uso de reservas y que nadie en el poder imagina una crisis institucional.
"Acá todos están viendo que al país le va bien y saben que eso no les conviene a ellos para 2011.
“Hay que serenarse y la oposición tiene que tomar un camino de responsabilidad", afirmó el gobernador de Buenos Aires.
El mandatario bonaerense es uno de los que prepara con Kirchner su reaparición en el PJ del miércoles. Está convencido de que después de la tensión política de los últimos tres días, finalmente en el Senado no se rechazará el pliego de la titular del Banco Central.
En el otro extremo, Lilita avizora un panorama desalentador. A medias palabras, como siempre. "Las próximas semanas serán muy complicadas. Pero todo va a estar bien. Sólo hay que estar preparados con una estrategia nacional y una internacional".
Carrió tiene una teoría. Asegura en privado que la principal falencia de la oposición es que nadie analiza la estrategia de Kirchner. Por esa razón, ella entiende que el ex Presidente siempre sorprende. "Acá falta análisis político. Ver la jugada de Kirchner. Hoy el matrimonio no tiene estrategia. Pero seguro que este fin de semana en Calafate definirán su próxima jugada", dijo la diputada en las últimas horas en una charla privada.
Carrió cree que Kirchner puede tomar en los próximos días dos caminos: hacerse "la abuelita de Caperucita Roja y luego atacar, o plantear ya una confrontación final", según las palabras con las que describe la situación política que se viene.
El papel que la diputada cree debe desempeñar la oposición en los próximos días es estar preparados con "solidez institucional, paz y no violencia" y advierte que si no tiene apoyo en su carta ante la OEA actuará sola.
Carrió siempre se cuidó mucho de no atacar a Cristina Kirchner. A su modo, la preservaba. Desde hace un tiempo terminó de proteger a la Presidenta. Y el momento del quiebre fue el discurso de la Asamblea Legislativa. Dice que siente pena pero que no hay defensa posible.
En estos días, aunque la distancia política es definitiva, Carrió reconoció un valor en el vicepresidente Julio Cobos durante su actuación al frente del Senado cuando se votó y el kirchnerismo perdió después de siete años el control de Senado.
"No tengo nada que decir. Todo el mundo sabe en qué lugar nunca vamos a estar, pero la actuación de Cobos fue impecable", dijo Carrió.
El kirchnerismo sostiene que hubo fallas graves de Cobos en esa sesión y preparan por estas horas denuncias en contra el vicepresidente.
Para Carrió el momento político que se vive hoy en la Argentina es en el que "todos tiran del mantel y algunos siempre se caen. Nosotros no estamos en ese mantel así que nuestra obligación es tener herramientas institucionales frente a determinadas situaciones", dice.
Siempre se mide. No avanza demasiado. Está harta de ser una pronosticadora de males futuros.
Pero cree que la situación podría complicarse mucho después de este fin de semana de encierro en Calafate. No es lo que piensan los que hablan con la Presidenta en estos días.
Un funcionario de alto nivel que estuvo con Cristina Kirchner antes que se fuera a pasar el fin de a El Calafate volvió a rechazar la versión que volvió a circular en las últimas horas sobre un posible adelantamiento de elecciones.
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