domingo, enero 24, 2010

La defensa subliminal de la inseguridad jurídica

"Estamos defendiendo la seguridad jurídica", dijo Julio De Vido, el jueves pasado, en su catilinaria sobre Telecom.
Carlos Pagni - La Nación - Domingo 24 de enero de 2010 - Publicado en edición impresa
Un minuto antes había calificado como "una chicana judicial" el fallo de la cámara civil y comercial que contrarió los designios del Gobierno en esa empresa.
Al día siguiente, también la Presidenta se refirió a los límites de la Justicia, esta vez en el caso del Fondo del Bicentenario. Al finalizar su conferencia de prensa explicó, con aires académicos: "La Justicia debe ser independiente del oficialismo y de la oposición. Lo que no puede ser independiente [sic] es de los intereses del Estado, porque el Estado es único y se divide en tres poderes: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Entonces ese Poder Judicial debe velar, no por el interés del Gobierno, sino por el interés del Estado, que él también representa".
Lo de De Vido puede haber sido la gaffe de un arquitecto atolondrado. Lo de la abogada Cristina Kirchner fue la formulación de una imagen autoritaria de la Justicia y de las garantías individuales. No debe sorprender: en su momento ella se definió como hegeliana. Tal vez lo sea, incluso más de lo que supone.
Para esta concepción de la legalidad, la seguridad jurídica es un dispositivo ideológico de las clases dominantes para subordinar al resto de la sociedad. En otras palabras: un argumento neoliberal, propio de los 90 o de funcionarios norteamericanos con ínfulas de virrey, como el vapuleado Arturo Valenzuela.
Sin embargo, la defensa subliminal que realiza el kirchnerismo de la inseguridad jurídica tiene consecuencias prácticas muy precisas. No sólo por los costos que paga el país cada vez que se violan las reglas: aumento en el costo del dinero para el fisco y las empresas, embargos de jueces extranjeros o suspensión de exportaciones porque los bancos internacionales se niegan a prefinanciarlas, como registraron en el Banco Nación la semana pasada.
La inseguridad jurídica también es indispensable para el "business plan" del kirchnerismo empresarial. Mientras el Fondo del Bicentenario agoniza en un interminable laberinto procesal, la visión blanda de la ley que defienden los Kirchner está facilitando fantásticos negocios.
La venta de las acciones de Telecom Italia en Telecom iba a ser uno de ellos, hasta que, diez días atrás, la Justicia dictó una medida cautelar. El Gobierno dispuso que los italianos vendieran su participación antes del próximo 25 de agosto. Pero el 7 de enero pasado modificó ese criterio. Entre las páginas 54 y 57 del Boletín Oficial apareció una resolución de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, que no se listó en el índice de la publicación (el boletín lo edita Carlos Zannini). Allí se establecía que los italianos deben definir la venta antes del próximo 25 de febrero. Si no, las autoridades seleccionarían al comprador.

Un empresario bien informado explica: "Kirchner está ansioso con lo de Telecom. Casi no piensa en otra cosa. El es tan obsesivo con el mundo de los negocios como con la política". Parece que es así. Por ejemplo, en diciembre pasado enfrentó a un empresario amigo con una foto que lo mostraba en un restaurante, hablando con un periodista del diario Clarín . Ni el empresario ni el periodista habían pedido fotógrafos.
El cambio de reglas reforzó las sospechas sobre el proceso de Telecom. Ejecutivos italianos aseguran que De Vido les dijo: "Si hablan con la gente de Aeropuertos, ellos les pueden resolver el problema de la venta". El ministro desmintió, ofendido, que el Gobierno tenga algún candidato para comprar. Pero la Securities and Exchange Commission -SEC, órgano de control de la Bolsa neoyorquina- abrió una investigación sobre los vínculos que pudieran existir entre los Kirchner, el principal accionista de Aeropuertos Argentina 2000, Eduardo Eurnekian, y su presidente, Ernesto Gutiérrez. La SEC pidió detalles también sobre el papel del grupo Werthein, socio de los italianos en Sofora, controlante de Telecom.
La Justicia, con sus "chicanas", hizo que el banco Credit Suisse, que conduce la licitación, postergara las definiciones hasta febrero. Los aspirantes a comprar cambian todos los días. Cuando De Vido aseguró que el oficialismo carecía de un candidato para sustituir a Telecom Italia, circuló el rumor de que Eurnekian y Gutiérrez habían desistido de participar en el torneo. Pero ellos siguieron presentando documentación hasta el miércoles pasado. En cambio, se retiró un fondo norteamericano que financiaba a uno de los competidores. ¿La razón? La inseguridad jurídica que exhibe la crisis de las reservas. Otro grupo, en cambio, intentó aproximar una oferta voluminosa. Pero alguien que conoce lo que piensan en Olivos aconsejó a su representante que se apartara. Todo con buenos modales.
La costumbre de conceder negocios con decretos fantasma no se reduce a la administración nacional. El 31 de diciembre, Daniel Scioli renovó la concesión de la captación electrónica de apuestas, sin licitación ni concurso alguno, a Boldt Gaming SA, la empresa de Antonio Tabanelli. Se trata de unos 165 millones de pesos por año. También Kirchner había elegido el 31 de diciembre para extender a su amigo Cristóbal López la explotación del casino de Palermo. ¿No habrá llegado la hora de declarar al 31 de diciembre "día nacional de los juegos de azar"?
Tabanelli todavía espera que le renueven la licencia del casino de Tigre. Venció el 28 de noviembre y Scioli la prorrogó hasta el 28 de febrero. Eso sí, acaso porque los Kirchner se han lanzado contra los monopolios, Boldt deberá reducir el suyo de 150 a 30 kilómetros a la redonda. Con la nueva demarcación tal vez López logre instalar sus maquinitas en zona norte. Ya compró un bingo en Polvorines. ¿Le pondrá rueditas? El amigo del matrimonio presidencial espera también quedarse con la recolección de datos online del juego porteño. Pero deberá esperar al mes que viene: la Justicia suspendió la licitación haciendo lugar a un competidor que acusó a Lotería Nacional de haberla armado para López.
El kirchnerismo declina, pero su anillo empresarial se expande. López está cerrando, en el máximo sigilo, la compra de refinería San Lorenzo y varias estaciones de servicio a Petrobras. También ingresó en el negocio de la obra pública. Se justifica con una broma: "Haga lo que haga, dicen que soy el favorito. Así que ahora me presentaré en todas las licitaciones". Ya se preadjudicó la represa Chihuidos I, en Neuquén, asociado a Electroingeniería, la empresa de Gerardo Luis Ferreira. Intimo de Zannini, Ferreira suele explicar: "Estamos realizando el sueño de los años 70: usar el poder del Estado para formar la burguesía nacional". Después sonríe. Electroingeniería pretende construir, por 2900 millones de dólares, el complejo hidroeléctrico que se planificó sobre el río Santa Cruz. Ferreira compite aquí con Eurnekian. La represa promete ser una segunda Yacyretá. En todo sentido.
En Neuquén, López y Electroingeniería están asociados a empresarios de Brasil. El banco de desarrollo de ese país (Bndes) les aportará 728 millones de dólares. El Bndes exige que sus préstamos sean respaldados con recursos del Banco Central. Kirchner no tiene problemas en hacerlo.
Según Redrado, ya quiso liquidar esos fondos en la construcción del tren bala -lo iba a hacer Electroingeniería-, el Plan de Infraestructura o la estatización de YPF.
A la luz de las revelaciones de Redrado, la "chicana" de las camaristas Marta Herrera y Clara do Pico sobre las reservas del Central adquiere otro dramatismo: acaso estas juezas hayan vuelto a privar al país de su imprescindible burguesía nacional.

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