jueves, octubre 01, 2009

La humildad con la paciencia

Pedro da testimonio de ello: «Cristo, al ser insultado, no respondía con insultos; al padecer, no amenazaba» (1P 2,23).
Eso viene a decirnos: «Sed imitadores míos, abandonad el gusto por la venganza, cuando recibáis golpes de arrogancia no respondáis con la misma moneda, sino con una paciencia llena de bondad. Nadie puede, por cuenta propia, imitar lo que reprende de otro; la suavidad trae consigo golpes duros contra los insolentes». El Señor respondió a semejante golpe diciendo: «Al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra» ( Mt 5,39).

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