miércoles, septiembre 30, 2009

Jesús: "El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios".

Para éstos tiempos de desunión, quedemonos juntos y reflexionemos sobre las palabras del Cardenal Bergoglio.
Advirtió que los derechos humanos "se violan por la existencia de extrema pobreza"
El arzobispo de Buenos Aires pidió "trabajar para cambiar las causas estructurales y las actitudes personales o corporativas que generan esta situación"; participó de un seminario con Chiche Duhalde y el rabino Sergio Bergman
El arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Mario Bergoglio, advirtió que los derechos humanos "se violan no sólo por el terrorismo, la represión, los asesinatos, sino también por la existencia de condiciones de extrema pobreza y de estructuras económicas injustas que originan grandes desigualdades".
Asimismo, Bergoglio reclamó hoy "una respuesta ética, cultural y solidaria" para resolver la deuda social en el país, que incluye a "millones de argentinos, la mayoría niños y jóvenes".
"Esto nos obliga a trabajar para cambiar las causas estructurales y las actitudes personales o corporativas que generan esta situación y a través del diálogo lograr los acuerdos que nos permitan transformar esta realidad dolorosa", subrayó el cardenal, en un seminario organizado por la Escuela de Posgrado de la Ciudad Argentina (EPOCA) en el Hotel Alvear.
"La deuda social exige la realización de la justicia social. Juntas, nos interpelan a todos los actores sociales, en particular al Estado, a la dirigencia política, al capital financiero, los empresarios, agropecuarios e industriales, sindicatos, las Iglesias y demás organizaciones sociales", insistió en el seminario del que participaron el rabino Sergio Bergman y la senadora Hilda González de Duhalde.
"No podemos responder con verdad al desafío de erradicar la exclusión y la pobreza, si los pobres siguen siendo objetos, destinatarios de la acción del Estado y de otras organizaciones en un sentido paternalista y asistencialista, y no sujetos, donde el Estado y la sociedad generan las condiciones sociales que promuevan y tutelen sus derechos y les permitan ser constructores de su propio destino", insistió.
En ese sentido, Bergoglio advirtió: "Acostumbrarnos a vivir con excluidos y sin equidad social, es una grave falta moral que deteriora la dignidad del hombre y compromete la armonía y la paz social".
"Escándalo". La preocupación por la pobreza en la Argentina había sido manifestada meses atrás en el Vaticano. En un mensaje breve, pero muy contundente, el papa Benedicto XVI había advirtido sobre la necesidad de "reducir el escándalo de la pobreza y la inequidad social" en la Argentina.
Las palabras del Papa se conocieron en ocasión del lanzamiento de la colecta nacional Más por Menos, y constituyeron el más fuerte respaldo a las denuncias de la Iglesia sobre el agravamiento de las condiciones de la pobreza en el país, que el Gobierno había rechazado reiteradamente.
Con una similitud llamativa, el Papa hizo suyas las expresiones de Bergoglio, que al visitar al Santo Padre el 14 de marzo en Roma mencionó "el escándalo de la pobreza y la exclusión social" entre los principales desafíos que se deben asumir en la Argentina.
A contramano de los índices oficiales, desde la Iglesia ubicaron a la pobreza en cifras "cercanas al 40%" [para el Gobierno no supera el 15%] y reclamaron a la Casa Rosada "redoblar los esfuerzos" para resolver la situación social en el país.
El mes pasado los 22 obispos que integran la comisión permanente del Episcopado reclamaron atender con urgencia la problemática social. La conducción episcopal le encomendó al área de Pastoral Social, cuyo presidente es monseñor Jorge Casaretto (obispo de San Isidro), que a través de Cáritas y de la Comisión Nacional de Justicia y Paz "avance en la instrumentación de alguna propuesta que, desde el Episcopado, apunte a proteger los derechos universales de la niñez".
"Me fueron enviadas estas fotografías tomadas a una imágen de la vírgen en México"




San Ignacio de Loyola (1491-1556), fundador de los jesuitas Ejercicios espirituales, 2ª semana, día 12avo

«Sígueme» Las tres clases de humildad:

La primera clase de humildad es necesaria para la salvación eterna. Consiste en abajarme y humillarme tanto cuanto me sea posible para que obedezca en todo la Ley de Dios nuestro Señor. De manera que, aunque hicieran de mi el amo de todas las cosas creadas en este mundo o bien si en ello estuviera en juego mi propia vida temporal, nunca planearía transgredir un mandamiento, tanto divino como humano...
La segunda clase de humildad es una humildad más perfecta que la primera. Consiste en esto: me encuentro en un punto tal que no quiero ni me inclino más a la riqueza que a la pobreza, a querer antes honor que deshonor, a desear larga vida que vida corta, siendo ello igual para el servicio de Dios nuestro Señor y la salvación de mi alma...
La tercera clase de humildad es la más perfecta humildad: es cuando, incluidas la primera y la segunda, siendo igualmente alabanza y la gloria de su divina majestad, para imitar a Cristo nuestro Señor y asemejarme a él de manera más eficaz, quiero y escojo la pobreza con Cristo pobre antes que la riqueza, los oprobios con Cristo cubierto de oprobios antes que los honores; y que deseo más ser tenido por insensato y loco por Cristo, él que fue el primero en ser tenido por tal, antes que «sabio y prudente» en el mundo (Mt 11,25).

No hay comentarios: