domingo, abril 19, 2009

Lilita en la Convención de la UCR

La campaña electoral
/ Concluyó la convención nacional del radicalismo Carrió se reencontró con la UCR y prometió un triunfo - La jefa de la Coalición Cívica fue a una cita del partido tras casi 10 años
Domingo 19 de abril de 2009 Publicado en edición impresa
Ricardo Alfonsín, Rubén Giustiniani, Elisa Carrió y Gerardo Morales, en el cierre de la convención radical Foto: LA NACION / Mauro V. Rizzi - Jaime Rosemberg Enviado especial
MAR DEL PLATA.- Las manos, entrelazadas, encima del atril, se mantenían lejos del cuerpo rígido y el rostro serio que miraba desafiante hacia el final del salón. "Vengo en representación de una fuerza plural, aunque muchos nacimos en esta casa", afirmó Elisa Carrió con la voz algo quebrada. Segundos después, algún silbido de reprobación de jóvenes radicales daba lugar a un silencio respetuoso. "Es muy importante para nosotros este reencuentro, somos herederos de una fuerza histórica, moral, que nació con Leandro N. Alem", sostuvo la líder de la Coalición Cívica, y recibió los primeros aplausos.
Así, como un familiar que llega a la casa de parientes con los que estuvo enemistado durante años (casi 10, en su caso), Carrió concretó su anunciado reencuentro con su viejo partido. Fue uno de los puntos culminantes del cierre de la convención nacional de la UCR, que luego de dos días de deliberaciones resolvió en el club Quilmes de esta ciudad y por unanimidad avalar el frente electoral con la CC y el socialismo, e iniciar la reunificación partidaria que anuló las sanciones sobre el vicepresidente Julio Cobos (ausente con aviso) y los dirigentes que lo acompañaron en la Concertación Plural kirchnerista.
Acompañada por el titular del socialismo, Rubén Giustiniani; los radicales en la CC, Enrique Olivera y Teresa de Anchorena, y jóvenes dirigentes de ARI, como Maximiliano Ferraro y Maricel Etchecoin, Carrió se había mostrado feliz de reencontrarse con sus viejos correligionarios, con quienes pasó buena parte de la jornada.
También dejó en claro, en un encuentro matinal con la prensa previo a su visita a la convención que compartió con Giustiniani y el titular del comité nacional, Gerardo Morales: resistirá liderar la lista de diputados nacionales por la Capital, un reclamo compartido por la UCR, la CC y el cobismo.
"Están vestidos de jóvenes, pero se les nota la edad", les dijo a los radicales Ernesto Sanz y Ricardo Gil Lavedra una Carrió de excelente humor antes de enfrentar las preguntas de la prensa.
"Haré lo que le convenga a la Nación, no sólo a la Capital", contestó cuando le preguntaron por su candidatura. Prometió "un triunfo" en territorio bonaerense y evitó referirse en forma directa a Cobos, competidor eventual en 2011. "Es un problema de Morales", dijo, mientras le tomaba el rostro al senador jujeño.
Cuando LA NACION le preguntó por la posibilidad de ganar en la Capital, fue tajante: "¿Por qué no? Si pude antes, podré ahora". Las caras largas y la ausencia de explicaciones de dirigentes porteños decían otra cosa: para ellos, sin Carrió a la cabeza de la lista, el espacio común se expone a una dura derrota a manos de la macrista Gabriela Michetti.
"En estas dos semanas se van a mostrar todas las miserias humanas", pronosticó sobre el debate por las candidaturas.
Un rato después, Carrió, Morales y Giustiniani llegaron juntos al club Quilmes. Apenas entraron arreciaron los gritos de: "¡Alfonsín, Alfonsín!" y "¡A la UCR la llevo en el alma y en el corazón!", que entonaban jóvenes y acompañaban los veteranos.
Ya en el escenario, y luego de ser presentados por el titular de la convención, Hipólito Solari Yrigoyen, llegaron los discursos. Con tono firme, Giustiniani elogió al fallecido ex presidente Raúl Alfonsín por su "decencia, honestidad y respeto por las leyes". Y afirmó: "El modelo kirchnerista está agotado socialmente". Lo siguió Carrió, que también nombró a los ex presidentes Arturo Illia (su hijo Leandro la acercó hasta la sede de la convención) y Alfonsín. "Un ser a quien amé y con el que fui muy rebelde", se emocionó, y cambió indiferencia y algún silbido por aplausos.
La escuchaban centenares de dirigentes, entre ellos algunos, como Angel Rozas, con quienes tuvo encontronazos en el pasado. Otros, como Leopoldo Moreau y Federico Storani, dejaron sus sillas mientras Carrió destacaba a su aliado cordobés Mario Negri, como "artífice" de los acuerdos.
Luego habló Ricardo Alfonsín (ver aparte) y todo terminó con papelitos rojos y blancos, marcha radical y hasta una máquina de humo como fondo. Atrás quedaron la ausencia de Cobos y largas horas de debate que incluyeron acuerdos en la mayoría de los distritos y algunas discusiones subidas de tono entre la conducción y dirigentes de Santa Fe y la Capital.

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