
La plataforma continental
Viernes 18 de abril de 2008 Publicado en edición impresa
En mayo del año próximo, la Argentina tiene previsto cursar los informes sobre el límite exterior de su plataforma continental marina a la Comisión de Límites de la Plataforma Continental (CLPC), órgano técnico que depende de la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Convemar). Lo hará en tiempo y forma, según promete la Comisión Nacional del Límite Exterior de la Plataforma Continental (Copla), de la Cancillería.
Vale esta aclaración por el estado público que ha cobrado en los últimos días una cadena de correos electrónicos que indican en forma errónea que estamos "ante una situación de entrega de territorio inminente". El tema delicado es, obviamente, la disputa por las islas Malvinas y su zona de influencia. La Cancillería, ante la andanada de consultas, prefirió dejar las cosas en claro.
Todos los países comprendidos en la Convención deben cursar los informes en mayo de 2009. En el caso de la Argentina, esos informes contemplarán los pedidos de extender de 200 a 350 millas náuticas las zonas de uso económico exclusivo del suelo y subsuelo marítimo.
La etapa final del trabajo, iniciado en 1998, consistirá en una investigación de la zona en litigio con Gran Bretaña. Se hará con el buque oceanográfico Puerto Deseado, que explorará durante dos meses desde el norte de las Malvinas hasta las islas Georgias.
Se trata de una labor delicada. En 2006 se desató una controversia con Gran Bretaña por la navegación del rompehielos Irízar en el área considerada por los británicos de uso económico exclusivo del gobierno de las Malvinas. En septiembre último, a su vez, la Cancillería puso el grito en el cielo por un estudio similar realizado por ese país: daba la impresión de que iba a incluir en su presentación ante las Naciones Unidas la zona en litigio con la Argentina.
De este asunto iba a hablar en Londres la presidenta Cristina Fernández de Kirchner con el primer ministro británico, Gordon Brown, pero el viaje se vio frustrado por el conflicto con el campo. Tendrá una nueva oportunidad de hacerlo en la V Cumbre de América Latina, el Caribe y la Unión Europea, que se hará del 13 al 17 del mes próximo en Lima.
Entre ambos gobiernos, la relación dista de ser buena si del diferendo por las Malvinas se trata; no ha habido contactos desde el año último. Gran Bretaña, entonces, ofreció a la Argentina realizar en forma conjunta los trabajos técnicos, pero no obtuvo respuesta. La falta de respuesta vino a ser, en realidad, una respuesta negativa.
Es importante destacar, según la Cancillería, que el estudio requiere complejas tareas técnicas batimétricas, geofísicas, geológicas y geodésicas. Los trabajos de campo se encuentran prácticamente terminados; en la actualidad, se están haciendo tareas de comprobación.
De prosperar en esa dirección, la Argentina aspira a consolidar el ejercicio de los derechos de soberanía sobre los recursos naturales de ese vasto territorio, de aproximadamente un millón de kilómetros cuadrados, más allá de que no haya podido evitar que fueran incluidas, al igual que las Sandwich del Sur y las Georgias del Sur, como Territorio Antártico Británico en el Tratado Constitucional de la Unión Europea, firmado el 29 de octubre de 2004.
Se trata de otro motivo de disgusto en la disputa bilateral. En ella, Gran Bretaña, a pesar de las insistentes y recurrentes recomendaciones del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, no se aviene a debatir la soberanía de las islas. El tema es tan delicado que una chispa puede ocasionar un incendio. De ahí, las voces de alarma ante una cadena de correos electrónicos que, con el texto de "¿sabía que...?", presagia despojos y quebrantos donde, en principio, no debería haberlos. Mmmmmmmm será?
En mayo del año próximo, la Argentina tiene previsto cursar los informes sobre el límite exterior de su plataforma continental marina a la Comisión de Límites de la Plataforma Continental (CLPC), órgano técnico que depende de la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Convemar). Lo hará en tiempo y forma, según promete la Comisión Nacional del Límite Exterior de la Plataforma Continental (Copla), de la Cancillería.
Vale esta aclaración por el estado público que ha cobrado en los últimos días una cadena de correos electrónicos que indican en forma errónea que estamos "ante una situación de entrega de territorio inminente". El tema delicado es, obviamente, la disputa por las islas Malvinas y su zona de influencia. La Cancillería, ante la andanada de consultas, prefirió dejar las cosas en claro.
Todos los países comprendidos en la Convención deben cursar los informes en mayo de 2009. En el caso de la Argentina, esos informes contemplarán los pedidos de extender de 200 a 350 millas náuticas las zonas de uso económico exclusivo del suelo y subsuelo marítimo.
La etapa final del trabajo, iniciado en 1998, consistirá en una investigación de la zona en litigio con Gran Bretaña. Se hará con el buque oceanográfico Puerto Deseado, que explorará durante dos meses desde el norte de las Malvinas hasta las islas Georgias.
Se trata de una labor delicada. En 2006 se desató una controversia con Gran Bretaña por la navegación del rompehielos Irízar en el área considerada por los británicos de uso económico exclusivo del gobierno de las Malvinas. En septiembre último, a su vez, la Cancillería puso el grito en el cielo por un estudio similar realizado por ese país: daba la impresión de que iba a incluir en su presentación ante las Naciones Unidas la zona en litigio con la Argentina.
De este asunto iba a hablar en Londres la presidenta Cristina Fernández de Kirchner con el primer ministro británico, Gordon Brown, pero el viaje se vio frustrado por el conflicto con el campo. Tendrá una nueva oportunidad de hacerlo en la V Cumbre de América Latina, el Caribe y la Unión Europea, que se hará del 13 al 17 del mes próximo en Lima.
Entre ambos gobiernos, la relación dista de ser buena si del diferendo por las Malvinas se trata; no ha habido contactos desde el año último. Gran Bretaña, entonces, ofreció a la Argentina realizar en forma conjunta los trabajos técnicos, pero no obtuvo respuesta. La falta de respuesta vino a ser, en realidad, una respuesta negativa.
Es importante destacar, según la Cancillería, que el estudio requiere complejas tareas técnicas batimétricas, geofísicas, geológicas y geodésicas. Los trabajos de campo se encuentran prácticamente terminados; en la actualidad, se están haciendo tareas de comprobación.
De prosperar en esa dirección, la Argentina aspira a consolidar el ejercicio de los derechos de soberanía sobre los recursos naturales de ese vasto territorio, de aproximadamente un millón de kilómetros cuadrados, más allá de que no haya podido evitar que fueran incluidas, al igual que las Sandwich del Sur y las Georgias del Sur, como Territorio Antártico Británico en el Tratado Constitucional de la Unión Europea, firmado el 29 de octubre de 2004.
Se trata de otro motivo de disgusto en la disputa bilateral. En ella, Gran Bretaña, a pesar de las insistentes y recurrentes recomendaciones del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, no se aviene a debatir la soberanía de las islas. El tema es tan delicado que una chispa puede ocasionar un incendio. De ahí, las voces de alarma ante una cadena de correos electrónicos que, con el texto de "¿sabía que...?", presagia despojos y quebrantos donde, en principio, no debería haberlos. Mmmmmmmm será?
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