FOTO Elisa Carrió Foto: Mariana Araujo

De esa manera, después de haber acusado a Kirchner de liderar una asociación ilícita, opinó que las medidas dispuestas por la Casa Rosada sólo buscan favorecer a allegados del Gobierno con presuntas complicaciones impositivas.
A última hora de ayer, Carrió y su grupo de colaboradores dieron en su alborotado departamento de Barrio Norte los últimos retoques a la presentación que sus abogados harán llegar hoy al juzgado número 12, a cargo del juez federal Julián Ercolini. Al juez le tocó en suerte investigar la voluminosa denuncia presentada hace dos semanas por la ex diputada contra el marido de la Presidenta.
La denuncia, que alega "gravedad institucional", también incluye al ministro de Planificación Federal, Julio De Vido; al secretario de Transporte, Ricardo Jaime; al ex titular del Occovi Claudio Uberti, y a los empresarios Lázaro Báez, Cristóbal López y Rudy Ulloa.
Los ejes de la nueva acusación se centran en la anunciada moratoria impositiva y la ley de blanqueo de capitales. Según el texto, "la moratoria permite el cierre de causas judiciales que investigan la evasión impositiva y la facturación apócrifa", presuntamente cometidas por Gotti y Austral Construcciones, entre otras empresas cercanas al ex presidente. "No pudieron parar la investigación de la AFIP y no pueden parar la causa judicial, por eso buscan este mecanismo para garantizarse impunidad", afirmó Carrió a LA NACION.
En relación con el blanqueo y la repatriación de capitales, Carrió se mostró indignada: "Van a blanquear todo el dinero en negro pagando sólo el 1 por ciento, e impidiendo toda investigación posterior sobre el origen de esos fondos".
En un pasaje del escrito, la ex diputada apeló a Ercolini, que fue ascendido a juez federal durante la gestión de Kirchner. Le solicitó "la investigación urgente" de su denuncia, y anticipó que recurrirá a la Corte Suprema si en un "plazo razonable" no se registran avances en la investigación judicial.
Convencida de que los tiempos para detener las intenciones del Gobierno son escasos, Carrió había anticipado su denuncia anteayer en un almuerzo con empresarios reunidos en el Club del Petróleo. "Yo sé que muchos de ustedes no pueden o no se animan a denunciar, pero les pido que acompañen a quienes nos jugamos", les reclamó. Un rato antes, había bromeado: "Tenemos dos batallas: una contra la corrupción, que la vamos a ganar, y la segunda contra la celulitis, que está casi perdida".
Sin el aval de sus socios radicales y socialistas (el gobernador santafecino, Hermes Binner, calificó ayer de "atinadas" las medidas anunciadas por el Gobierno), y fiel a su costumbre de enfrentarse al poder en los estrados judiciales, Carrió insistió en que su denuncia es un "aporte a la República".
"No puedo hacer más. Ahora es el turno de la Justicia", afirmó la ex diputada, para quien "ningún país civilizado del mundo permite que el esposo de la Presidenta sea jefe de una banda".
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